domingo, 26 de abril de 2020


Hay una delgada línea, entre la insinuación y el cortejo.

Me encontré una sonrisa tuya y el odio se desvaneció, las conexiones del amor se abrieron.

Energía ilimitada del cuerpo en que nos tocábamos Sonrisas acompañadas unas de otras.

Cada uno sabe en su interior si ha hecho mal.

Le estoy haciendo cacería a la inspiración. Y ahí estaba tu cuerpo solo vestido con pétalos de rosas.

No rebajarse y no intoxicar el espíritu.

A veces colocamos los demás sobre nuestra familia, siempre debe haber un equilibrio.

Benditos todos los que tenemos a Dios en el corazón.

Por eso tu piel que se extiende y que me mira buscando tocarme tiene miles de sensaciones vibrantes son gotas que caen del cielo.
Una bella gota de agua formada de un cristal puro para sus corazones.

Un lago donde guardamos nuestras buenas acciones de todos los días, y en él es que bebemos cuando tenemos sed espiritual.

Los invito a colocar un abracito del alma.

El señor es quien nos da la fuerza para cruzar el camino.

El verdadero valor de la vida se encuentra en nuestro corazón.

Una gota de amor no cuesta nada y una palabra de amor tampoco.

Vinimos a sembrar amor.

Le pedí una sonrisa a Dios, la misma sonrisa y me envió los cantos del atardecer.

Cuando yo me vaya no quedara si no una huella marcada en el pantano y una rosa sembrada en el rosal.

Ser como un lago en el que no rebota una piedra si no que se hunde con tranquilidad hasta el final.

Me  asome un día   a  cazar   a la inspiración y ella  se  escondió en los  arboles.

Decían  las  mismas  ramas  de los  arboles 
de no dar  Amor

La inspiración se  escondió  sola

Buscaba un día la inspiración
y ella  empezó a navegar  
Se escondió en un sitio oscuro

Empece a  cazar la inspiración 
Estaba en el arroyo
Estaba  en los  brazos de mujer
estaba  en  el olor
y en  sabor  de  todo lo que me rodeaba.




Luis Carlos  Zamora Cano
Derechos Reservados.




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