Hay una delgada línea, entre la insinuación y el cortejo.
Me encontré una sonrisa tuya y el odio se desvaneció, las conexiones
del amor se abrieron.
Energía ilimitada del cuerpo en que nos tocábamos Sonrisas acompañadas
unas de otras.
Cada uno sabe en su interior si ha hecho mal.
Le estoy haciendo cacería a la inspiración. Y ahí estaba tu cuerpo
solo vestido con pétalos de rosas.
No rebajarse y no intoxicar el espíritu.
A veces colocamos los demás sobre nuestra familia, siempre debe haber
un equilibrio.
Benditos todos los que tenemos a Dios en el corazón.
Por eso
tu piel que se extiende y que me mira buscando tocarme tiene miles de
sensaciones vibrantes son gotas que caen del cielo.
Una bella gota de agua formada de un cristal puro para sus corazones.
Un lago donde guardamos nuestras buenas acciones de todos los días, y
en él es que bebemos cuando tenemos sed espiritual.
Los invito a colocar un abracito del alma.
El señor es quien nos da la fuerza para cruzar el camino.
El verdadero valor de la vida se encuentra en nuestro corazón.
Una gota de amor no cuesta nada y una palabra de amor
tampoco.
Vinimos a sembrar amor.
Le pedí una sonrisa a Dios, la misma sonrisa y me envió los cantos del
atardecer.
Cuando yo me vaya no quedara si no una huella marcada en el pantano y
una rosa sembrada en el rosal.
Ser como un lago en el que no rebota una piedra si no que se hunde con
tranquilidad hasta el final.
Me asome un día a cazar a la inspiración y ella se escondió en los arboles.
Decían las mismas ramas de los arboles
de no dar Amor
La inspiración se escondió sola
Buscaba un día la inspiración
y ella empezó a navegar
Se escondió en un sitio oscuro
Empece a cazar la inspiración
Estaba en el arroyo
Estaba en los brazos de mujer
estaba en el olor
y en sabor de todo lo que me rodeaba.
Luis Carlos Zamora Cano
Derechos Reservados.
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