Había un poeta que conoció una nube; esa nube era una nube de algodón…
Tenía ojos color de rosa y en el horizonte mismo de ella la misma rosa se desgranaba pensando en las ilusiones varias de la nube…
Sueño, pensamiento , sueño.. El amor poético... Rosas del horizonte mismo... y pensamientos.
Amor poético... la quebrada misma estaba en el fondo del poeta ... habían lámparas de luz , que se asomaban por el horizonte...
Candiles propios se llama sonrojada, ilusiones puras del mismo camino de las rosas mismas enamoradas…
Joyas de ilusión dijo el poeta a la poetisa , sin verla la olía, solo escuchaba como rasgaban sus palabras en el aire, ilusión de poeta ,amores propios , que se obtienen al cruzar las esquinas, palabras mismas que fueron escuchadas…
Sonreía el poeta a la poetisa al sentarse en la misma nube de la ilusión con ella, se interna en el camino entonces el poeta a sembrar amor , y una rosa con luz , se viene al alma..
Por eso la nube de algodón está arriba y el poeta esta abajo mirándola tirándole rayitos de luz a ver si alguno , la hace caer en la mañana y el mismo la atrapa con sus palabras..
Y la poetisa que dice que con sus palabras , sueña que sueña en Amores propios , poetas y poetisas , se van al alma se juntan solos , y quedan en el orgasmo de la misma poesía… se ven los cuerpos , se ve el aliento y las mismas , se quedan solas las pobres, caminan solas..
Detrás de cada poeta y poetisa ahí un alma, detrás del alma son las palabras , y detrás de ellas está mi cuerpo está tu cuerpo , esta mi aliento con tus pupilas ya dilatadas
Luis Carlos Zamora Cano
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