Leñador se levantó y miro su granja.
Afilo las herramientas para construir, un paisaje de ilusiones junto a los sembradíos, lleva días; no tiene brújula, la última que tenía empujaba el firmamento.
En el lago, sumergió sus pensamientos, camino y los reviso, uno a uno.
Se acordaba de cuando comenzó su casa, que ahora está llevada por el tiempo;
Dejo de sembrar en el corredor las flores, por estarlas sembrando al borde de la quebrada, donde los pájaros se las comen.
Descuido todo su cuerpo, los pliegues de su piel se han caído, su cabello se ha encanecido.
Le queda al leñador:
Sus hijos, flores verdes que caminan por todas partes, empezando a sembrarse ellas solas.
Leñador cuando ve su finca dice, tanto trabaje;
estoy en el tiempo que me queda cerca a Dios; y todas las noches recuerda el reloj.
luiscazamora.lcz.
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