jueves, 24 de diciembre de 2015

De las locuras del camino, de la mañana a la noche.

Lucas miro una estrella y esa estrella estaba en el cielo, caía  lentamente, lucas como  le  llamaban sus amigos  cariños amente, se llenaba de rosas al atardecer   sentía el  olor  a ellas.
Lucas  nació  con la pasión  visionaria   del  extremo  recordado  de  las voces; los recuerdos aplazados del camino del intermedio  se asomaban por su esquina.
Lucas  prendió el camino de  la noche, y los recuerdos dibujados en el entorno del pensamiento que giraba y giraba a través del trino del canto  del sinsonte.
El  olor del amanecer, el  olor a vaca  a tamales, a  sonrisas y pensamientos, para Lucas siempre fue más importante  sentir.
Por eso Lucas ahora que la noche se acerca; ve que el amanecer del tiempo  y el péndulo del reloj no fueron encontrados  nuevamente, en cada uno de sus recuerdos de voces pasajeras.
Morderá Lucas el camino polvoriento, sentirá  su recuerdo, el  recuerdo del caer del agua, de  café en la mañana.
Para lucas devolverse   al camino de  niño, ya es imposible; de las voces que a lo lejos lo llaman, solo queda   un montón de cenizas que se  quemaron en el camino, al caerse de la noche, de  una  voz, de un pensamiento pasajero.
De  la noche la mañana  de la mañana a  la noche;  una madeja de recuerdo recuerda a  Lucas, que cada  voz y cada pensamiento  ; lo pone triste en el silencio, la pala  lo persigue  la misma pala, vivió de lejos y de  cerca.
Es imposible  fraguar que en la inmensidad del sueño; a Lucas se le dé por  pensar que, solo quedo el  recuerdo.
Lucas se  quedara en  silencio, se  recogió el  iris, y se irá por el mismo camino  por el mismo túnel del silencio.
Lucasjsilverado.lcz.

Luis Carlos Zamora Cano
Derechos Reservados



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