Con solo mirarte me liberas. Aunque yo me haya cerrado como un puño siempre abres pétalo a pétalo mi ser como la primavera abre con un toque diestro y misterioso su primera rosa. Ignoro tu destreza para cerrar y abrir, pero cierto es que algo me dice que la voz de tus ojos es más profunda que todos las rosas. Nada, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas.
Cuando miramos desde la montaña hacia abajo en una
mañana naciente vemos como todo lo que se encuentra a nuestro alrededor se
llena de energía, el aire, el sonido tranquilo del campo, cuando bajamos
podemos muy rara vez la caída de un fruto de un árbol, esta caída es como saber
cuándo se acabara nuestro accionar en la vida; el tiempo paso la mente madura,
madura el cuerpo, la despensa de recuerdos se llena, en estos momentos el
domino queda en un recuerdo, pero todavía suena.
Por eso los invito, y me invito a sembrar el pensamiento, en el escribir, en la
palabra, así sean pequeñas palabras que parezcan sin sentido, pueden ser,
diamantes en bruto, que actúen como un domino en el tiempo, que afectaran y
harán que la paleta de quienes leen se mueva y creen todavía más obras, escritos,
palabras, poesías, pinturas, ideas y de esa forma cuando caigamos como la fruta,
dejaremos un halo de recuerdos.
la vida está llena de recuerdos, los que más marcan
son los recuerdos tristes pero si cerramos los ojos, y hacemos una cacería
podemos encontrar que van llegando en el camino un montón de recuerdos alegres,
el perro de la casa la fiesta que se
hizo hace mucho tiempo, la noche romántica,la primera vez con la pareja. Todas
esas cosas y recuerdos alegres a medida que pasan por nuestra mente y al cerrar
los ojos.
Luis Carlos Zamora Cano
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