Recorrí mi cuerpo al tuyo
como el agua a la cascada.
Como el sol de madrugada se
acompaña con la calma.
Recorrí tu orquídea roja y
exquisita.
El sabor, el sabor de las
pasiones me acogieron en tus sueños y en tu vos y la pasión
se acompaña en el alma.
Recorrí tu cuerpo como se
hace con el dolor en el alma de no verte
siempre mía y no haberte visto el alma.
Luis
Carlos Zamora cano /6 octubre
2003
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